Ahora mismo tengo un cacao de cabeza impresionante, pero creo que es para contarlo por aquí. Esta entrada viene por un amigo, un gran amigo, alguien al que quiero mucho pero veo que me esta fallando y no creo que lo merezca.
Me siento triste por todo lo que esta ocurriendo, siete años de amistad, que me ha demostrado hasta que terminó el mes de agosto que todo empezó a cambiar. Todavía recuerdo el año que me quedé sola en mi cumpleaños y bajó desde muy lejos a pasar el día conmigo, todas las veces que dije que subiría a verle y por unas o por otras no he ido, las charletas que nos dábamos por las noches cuando ocurría algo, el año que me dejó mi chico y bajó a verme para animarme, problemas familiares que nos hemos visto afectados los dos, y mogollón de cosas que hemos pasado juntos.
Nos hemos podido tirar meses sin hablarnos, sin saber el uno del otro, pero siempre sabíamos que estábamos ahí cuando nos necesitábamos. Hasta que bueno llegó un momento que cuando necesité de alguien él no estuvo ahí, yo seguí siempre para él incluso hasta hoy.
No le conozco, ha cambiado tanto que no le conozco, ahora que es un chico dichoso, trabajo, novia, amigos, se encuentra mal, por…miedos, por miedo a que le salga mal, sigo sin entenderlo, lo que más me duele es que me diga todo eso a mi y aún así este tan ciego de no darse cuenta. Yo no tengo nada de lo que él tiene y aún así sigo luchando por conseguirlo, si me vengo abajo me levanto como sea, si me sale una lágrima aprieto con fuerzas los labios y me digo a mi misma que puedo lograr todo lo que me proponga y lo pienso conseguir y una vez que lo tenga sentiré miedo pero ahí voy a estar yo para ir paso a paso y vivir todo lo que me este viniendo, porque me lo mereceré.
Se trata de valorar lo que se tiene, ya hablando en general, la gente no sabe valorar todo lo que tiene, hay gente que no tiene ni la mitad que tenemos todos y por ello somos dichosos. Hoy en día tener un trabajo es fundamental, tener amigos es un apoyo que todos necesitamos y tener una pareja te da una estabilidad, un equilibrio y es el punto que falta para ser feliz del todo.
El caso es que seguiré siendo la misma gilipollas de estar ahí cuando los que yo quiero me necesiten, aún sabiendo que ya no eres tan importante, porque te duele ver mal a los demás. si volviese a nacer cambiaría mucho de mi, porque hoy en día no hay sitio para el noble.
Ojalá mi amigo se de cuenta de las cosas, luche por lo que tiene y sobre todo lo valore, porque yo creo que no lo hace y ya no por él, sino por los que le rodeamos y no tenemos eso, piense y se de cuenta de lo dichoso que es. Y sobre todo que sea muy feliz y que disfrute de lo que le ha dado la vida, que si le ha llegado ha sido por algo.
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