Mañana de frio…

Me encuentro sentada en mi puesto de trabajo, el silencio de la oficina calma mis pensamientos, el no sentirme aturdida por un momento, el no escuchar voces, ni gritos, pero a la vez el frio del día me cala muy hondo en el cuerpo.

Otro día más pasa por mi como si nada, otro día que me despierto con el único fin de ir a trabajar sin ninguna expectativa en mente, ningún reto, ningún miramiento y ningún interés de lo que me pueda deparar mi día de hoy.

Ayer pensé una de las cosas que me rondan por la cabeza muchas veces, pero esta vez por un motivo concreto, la gente no es agradecida, les demuestras a los demás que te tienen cuando más te necesitan, les das apoyo, unas palabras de aliento, incluso cuando uno mismo no pasa por buen momento, pero estés como estés siempre es buen momento para intentar secar las lágrimas que corretean por las mejillas de alguien, o sacar una simple media sonrisa que tanto se agradece.

Tengo esa sensación de ser un puro fantasma, paso desapercibida en todo momento, un fantasma con sentimientos, un fantasma que se pone cada noche en su ventana mirando al infinito pidiendo en lo más hondo de su ser que aparezca una pequeña luz de esperanza, que vuelva a recuperar esa sonrisa, que sus ojos radien felicidad y cieguen los ojos de los demás por el brillo que irradien.

Hoy martes 26…puedo decir que sigo sintiéndome como ayer, vacía, sin esperanzas, sin dar un paso al futuro, ni retroceder un paso al pasado…nada…los días pasan, el mundo gira, la gente pasa, pero yo permanezco quieta cual estrella en el universo.