sábado, 22 de septiembre de 2012

Una puerta se cierra para abrir mil ventanas nuevas…

El jueves pasado una puerta importante para mi se cerró por completo, sin saber ni el porqué, ni el cómo, me despidieron de la empresa donde trabajaba.

De esta experiencia puedo sacar tanto malo como bueno. De lo malo que tuve es que me he dado cuenta la gente tan ruin que hay en la vida, gente sin escrúpulos, gente que le da lo mismo hacer daño a los demás, gente que es capaz de hacer lo que sea por mantener un puesto de trabajo, gente que siendo así jamás llegaran a ser felices en la vida. De lo bueno es que he conocido a tres personas en la empresa que valen un mundo, una de ellas me aconsejó cuando entré, la dije que a pesar de que se fuese tenía una amiga para lo que necesitase, hoy por hoy puedo decir que es una gran amiga; otra de ellas que a pesar de no tenerla tan cerca, la tuve cuando la necesitaba y sé que la sigo teniendo, me llevo otra gran amiga y ella creo que sabe que si me necesita me va a tener; y por último mi pequeña becaria, la he conocido poco, pero la he tenido a mi lado desde el primer día en que entró y me ha apoyó en su totalidad la última semana que estube y siendo encima vecinas creo que podrá crecer otra buena amistad.

En estas situaciones como digo siempre, te das cuenta de quienes están a  tu lado y quienes no, quienes están en tu vida por interés y a quienes les importas de verdad. Esta vez me he sorprendido de las dos maneras, para bien porque me he topado con gente que ha entrado a mi vida hace poco y que me han apoyado, me animan, me preguntan, siempre me sacan una pequeña sonrisa, sea de manera física o virtualmente. Pero también darme cuenta de amigos que al no conseguir un interés me han apartado de sus vidas y quizás personas en las que yo creía de verdad.

Como dice el título, una puerta se cierra para abrir mil ventanas, es lógico que lleve unos días bajos, porque me hago mil cávalas mentales por descubrir porqué ha sido así, si ha influido alguien que ya se encargó la última semana de hacerme la vida imposible pero que no consiguió derrumbarme, si hay algo oculto que yo no me haya enterado…pero ando recuperando pilas, rodeándome de los que me están apoyando y sacándome mil sonrisas para acumular toda la fuerza necesaria y volver a la lucha, porque si una vez lo conseguí, esta vez lucharé aún más para volver a conseguirlo.

¿Qué tendrán las madres que siempre tienen una palabra de aliento para sus hijos/as, siempre nos apoyan, son capaces de sacarnos sonrisas a pesar de ellas pasarlo mal por vernos tan decaídos/as…? ¿Qué tendrán nuestras mascotas que saben cuando te necesitan, saben cuando estas mal y te hartas a llorar

y se te ponen a tu lado para decirte no estas solo/a?

Sólo puedo dar las gracias y que a pesar de todo soy afortunada de tener a mi lado gente tan noble y capaz de estar ahí cuando alguien lo necesita de verdad y llenarse de energía para poder luchar. Familia, mi Tizzas y vosotros/as que estáis siendo los culpables de que poco a poco salga una pequeña sonrisa y consiga levantarme antes de lo esperado, GRACIAS.

 

MI PEQUEÑO DESEO:

Hoy empieza una de las estaciones del año que más me gustan, por su color intenso, su brisa fresca en la cara, sus tardes de paseos por Madrid mientras la tarde toca su fin. Pido que este otoño sea especial, lleno de magia, lleno de momentos buenos y sobre todo lleno de esperanzas y de metas por conseguir.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Un pequeño empujón…

Sólo necesito eso un pequeño empujón y pegar un brinco hasta llegar lejos.

Hacía tiempo que no escribía en mis cuatro paredes, pero no es el hecho de tenerlo olvidado, sino porque no me salen las palabras, no consigo sacar todo lo que llevo dentro, algo bloquea mis sentimientos.

Tengo la necesidad de que alguien me coja por detrás y me de ese pequeño impulso, unas palabras que me hagan confiar y perder ese pequeño miedo que siento últimamente.

Hechos que duelen, palabras que llegan como puñales, gestos que te remueven por dentro, sensaciones que llevo por dentro, a pesar de seguir luchando como hago cada día por sonreír y por no perder esa sensación de alegría y de superación que voy teniendo según pasan los días.

Sé que son pequeñas rachas que llegan a la vida de uno, pero superables, por lo menos para mi, que soy capaz de caerme y sacar fuerzas del último rincón de mi cuerpo para levantarme.

Lo que tengo muy claro es que no quiero volver a caer en lo que tenía antes, no quiero que nada ni nadie por prepotencia o superioridad me hunda. Tengo que seguir con mi fortaleza y tengo que echarle un par, no voy a dejar que me eclipsen.

Supongo que un poco de tiempo, planes interesantes, mente desconectada y darme cuenta de que no todo lo que me rodea es malo, sino un cúmulo de sensaciones que tarde o temprano desaparecerán.